MALPICA MAURY, ANTONIO
Todos saben que si Gumaro Gutiérrez, alias de Gugu, es bueno para algo, es para hacer payasadas. Por eso, nadie se sorprende cuando se sube a su banca a bailar al ritmo de la melodía de un celular a media clase de Física. ¿Su castigo? Realizar una investigación científica sobre un tema que, en un momento de desesperación, él mismo elige: los fantasmas. Esto no resultaría tan molesto de no ser por un detalle: su compañera de trabajo o, más bien, su verdugo- será Cordelia Sánchez Sanabria, la niña más insoportable y estudiosa del salón. Más lo que empieza como un suplicio, poco a poco se transforma en una singular y sorprendente odisea.