FUENTES, CARLOS
En 2005, Carlos Fuentes reunió textos escritos en distintos momentos sobre tres sucesos diversos ocurridos en 1968, uno de esos años-constelación en los que sin razón inmediatamente explicable coinciden hechos, movimientos y personalidades inesperados y separados en el espacio, como ocurrió con la asombrosa simultaneidad de los movimientos de independencia iniciados, de Buenos Aires a Caracas, de México a Santiago de Chile, en 1810, o cuando, en 1848, las revoluciones nacionalistas europeas se extendieron de París a Viena y de Milán a Budapest.
Como el mayo parisino, como la primavera de Praga, el 68 mexicano fue, al cabo, derrotado. En Francia, el Partido Comunista y su central obrera, la CGT, les cerraron las puertas a los estudiantes y los entregaron, inermes, al poder. En Praga, fueron los tanques soviéticos los que aplastaron la reforma socialista. Se restableció el orden totalitario y los líderes del movimiento fueron humillados, encarcelados o exiliados. En México, en fin, la respuesta brutal de la Plaza de las Tres Culturas desbandó y aplastó el movimiento estudiantil, asegurando la paz olímpica y la hegemonía priista.
Pero si éstas fueron las consecuencias visibles, inmediatas, de esos tres movimientos del 68, hubo otras consecuencias inesperadas y perdurables. En Francia, un partido socialista renovado surgió del movimiento de mayo. En Checoslovaquia, la primavera de Praga acabó por ganar la batalla al derrumbarse el imperio soviético y ganar la presidencia uno de los líderes de la disidencia del 68, el escritor Václav Havel. Y en México, en fin, no es comprensible la historia del país del 68 para acá sin la historia del país antes de y durante el 68.