EMILE DURKHEIM
En esta obra Emile Durkheim estudia las bases de la estabilidad social, es decir, los valores compartidos por una sociedad, como la moralidad y la religión. En su opinión, estos valores (que conforman la conciencia colectiva) son los vínculos de cohesión que mantienen el orden social. La desaparición de estos valores conduce a una pérdida de estabilidad social o anomia (del griego anomia, 'sin ley') y a sentimientos de ansiedad e insatisfacción en los individuos. Explicó el fenómeno del suicidio como resultado de una falta de integración del individuo en la sociedad. Durkheim analizó esta correlación en esta obra El suicidio: un estudio sociológico (1897). Para explicar sus teorías en sus escritos utilizó a menudo material antropológico, especialmente de sociedades aborígenes y una base cuantitativa brindada por los registros oficiales de suicidios de países de la Europa occidental, el crecimiento de la tasa de suicidios en los países protestantes y lo compara con la tasa de suicidios de los países con mayor proporción de población católica. La tarea del científico social consiste, justamente, en estudiar las representaciones colectivas (derecho, moral, religión, etc.) que la sociedad impone al individuo. Su influencia se extendió más allá del campo sociológico, proyectándose sobre la Antropología, la Pedagogía, la Historia, el Derecho y la Filosofía.