KELSEN, HANS
Más de dos décadas transcurrieron desde que el autor emprendió la tarea de desarrollar una teoría jurídica pura hasta que salió a la luz. Teoría del derecho purificada de cualquier ideología política y de todo elemento científico-natural, consciente de su singularidad por la legalidad propia de su objeto. El cometido era elevar la ciencia del derecho, que se agotaba casi por completo abierta o disimuladamente en una argumentación jurídico-política, al rango de una auténtica ciencia, de una del espíritu. Para ello fue necesario desplegar sus tendencias orientadas, no a la función configuradora de su objeto, sino exclusivamente al conocimiento del derecho, para acercarla, en la medida en que fuera posible, al ideal de toda ciencia: objetividad y exactitud. El desarrollo de la Teoría pura del derecho provocó no sólo reconocimiento e imitación, sino también oposición desatada con un apasionamiento casi sin ejemplos en la historia del derecho, oposición que encontró motivaciones científicas y, sobre todo, políticas altamente cargadas de emotividad. Sin embargo, el pleito no atañe al lugar de la ciencia jurídica en el marco y de las consecuencias resultantes, como parece que es el caso; se trata de la relación del conocimiento del derecho con la política, de la separación entre ambos, de la renuncia a la arraigada costumbre de defender exigencias políticas en nombre de la ciencia del Derecho, invocando una instancia objetiva, exigencias que sólo poseen un carácter preponderantemente subjetivo aun cuando aparezcan como el ideal de una religión, una nación o de una clase. Teoría pura del derecho toca intereses vitales de la sociedad, también, y no en última instancia, los intereses profesionales del jurista.