PARDO, EDMÉE
El último recuerdo que tengo de Mamá es bajo una sábana colocada como tienda de campaña. La luz de la lámpara le daba a su cara un tono amarillo que la hacía verse más bonita: los ojos grandes, las pestañas largas. Estuvimos en silencio, haciendo juegos de sombra con las manos. Eso es lo último que recuerdo.